Por Diana Higareda
A un año de detectarse el primer caso de viruela símica en México, el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador carece de campañas de prevención y no ha comprado ni entregado una vacuna contra la enfermedad, a pesar del registro de nuevos contagios.
Tan solo de enero a finales de mayo pasado, el boletín epidemiológico de la Secretaría de Salud registraba 252 nuevos casos de contagio del virus.
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Al cierre del 2022, en el país había tres mil 637 casos acumulados. Sin embargo, para los especialistas hay un subregistro y la cifra negra podría llegar a los 15 mil casos acumulados desde que iniciaron los contagios.
"Actualmente, a nosotros nos está llegando aproximadamente un caso cada 15 días. Desafortunadamente, mucha gente dejó de tomarse la muestra debido a que el Estado no podría ofrecer más que la realización de la prueba", señala en entrevista con Latinus Alaín Pinzón, director general de la organización VIHve Libre.
Especialistas en salud acusan la falta de atención a personas vulnerables debido a asuntos políticos y de discriminación hacia los hombres que tienen sexo con otros hombres, la población más vulnerable a contraer la viruela símica.
También ven como origen de la negativa a comprar y administrar vacunas el tema presupuestal, ya que los recursos federales priorizan los megaproyectos del gobierno.
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"Lo hemos escuchado cuando fuimos a la Cámara de Diputados, lo escuchamos en el Senado de la República, lo escuchamos de parte de gente en la Secretaría de Relaciones Exteriores y de personas cercanas a López-Gatell. Son cosas que no están confirmadas, pero es lo que más se escucha cuando preguntamos por qué hasta el momento no ha habido una vacuna", advirtió Alaín Pinzón.
México no ha adquirido la vacuna, pese a que en la revista médica The Lancet el propio subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, junto con 13 especialistas, recomendaron la inoculación como medida de contención, como también lo estipula el boletín epidemiológico de la Secretaría de Salud.
"Las medidas de contención deben incluir la difusión de información confiable sobre los mecanismos de propagación conocidos y, cuando esté disponible, la vacunación dirigida a los grupos con mayor riesgo de infección", dice el artículo publicado el 9 de noviembre de 2022.
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El 28 de mayo de 2022, la Secretaría de Salud federal confirmó el primer caso de viruela símica en el país, el cual se identificó en la Ciudad de México. A partir de ese momento se hicieron videos informativos sobre el tema, se habilitó el sitio viruela.mx y se hicieron informes quincenales sobre los casos registrados, los cuales ya no se hacen públicos desde el 2 de mayo pasado.
A diferencia de México, países como Chile, El Salvador y Perú adquirieron la vacuna contra la viruela símica desde el año pasado.
"El gobierno no ha puesto nada para la prevención ni el tratamiento. Hemos tenido contacto directo con el subsecretario de Salud, quien está en contra de la compra de la vacuna. Desafortunadamente, esto se convirtió en un asunto político más que científico", explica Ricardo Baruch, investigador en salud pública de personas LGBT.
El pasado 11 de mayo, el Comité de Emergencias del Reglamento Sanitario Internacional de la Organización Mundial de la Salud declaró el final de la emergencia epidemiológica de salud pública de viruela símica por el descenso sostenido en el número de casos a nivel mundial. No obstante, pidió mantener la vigilancia en los países que aún presentaban "incertidumbre" respecto al virus.
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Ciudad de México, Nuevo León y Quintana Roo son las entidades con el mayor número de nuevos casos de mpox en lo que va del año. Sin vacuna y sin información suficiente para la atención temprana, investigadores en salud consideran que esto podría reflejar una actitud homofóbica por parte de las autoridades correspondientes.
"No tenemos vacunas contra la viruela símica, nos dejaron fuera de las guías de la vacuna contra el Virus del Papiloma Humano, no hay la misma disponibilidad de antes para acceder a la vacuna de Hepatitis B y la detección de VIH va a la baja por parte del Estado. Esto manda un mensaje profundamente homofóbico por parte de las autoridades de Salud", recriminó Alaín Pinzón.