Por Julio Astorga
La comunidad de la diversidad volvió a salir a las calles de a Ciudad de México para celebrar y también protestar en el Día del Orgullo LGBTIQ+. En esta edición, la XLV, se evitó que las marcas comerciales fueran las protagonistas del evento, como había estado sucediendo en las últimas ediciones.
La ola de calor que prevaleció las últimas semanas en la capital del país no impidió que miles de personas salieran a marchar. De acuerdo con cifras del gobierno de la Ciudad de México, se reunieron 250 mil personas en Paseo de la Reforma y calles aledañas.
El arcoiris prevaleció en diferentes presentaciones: collares, paliacates, abanicos y banderas eran portados con orgullo por miembros de la diversidad sexual y de género.
También fueron padres de personas LGBTIQ+, quienes salieron a marchar para demostrar que entienden que la diversidad es parte de su familia.
Verónica y Miguel fueron parte de la marcha porque aseguran que la sociedad debe tomar conciencia de que cabemos todos y todas.
Este año los carros alegóricos no fueron los protagonistas. Fueron pocos y sin patrocinadores, ya que los organizadores consideraron que las empresas han lucrado con la lucha de la comunidad.
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“Más que una marcha es el levantamiento de voz para muchos grupos que siguen siendo vulnerados”, dijo Daniel, quien acudió en compañía de su amigo Luis.
También esta fue la primera marcha a la que asisten algunos. Por ejemplo, Maria Fernanda, para quien era un sueño ser parte de un momento en el que puede expresarse y sentirse segura.
Porque para muchas personas todavía es necesario salir a exigir seguridad. Armando y sus amigos vinieron desde Tabasco para pedir que pare la violencia en contra de la comunidad, en dos semanas han asesinado a dos de sus compañeros y, desde enero, han muerto dos compañeras trans en ese estado.
“Nos llamamos la 'isla de los inderechos', porque en otros estados se ha logrado avanzar, pero en Tabasco está muy lento”, expresó Armando.
Todavía hay mucho camino que recorrer para que la diversidad sea respetada. Aunque las marchas cada vez son más numerosas y diversas, con familias, turistas, y personas curiosas siendo parte de una celebración, el día del orgullo debe seguir existiendo, “porque mientras nos sigan matando, seguiremos marchando”.