Andrés Pascoe aborda la comparecencia de Rosario Ibarra de Piedra ante el Senado y lo que considera que parecería una broma, pero no lo es: su anuncio de desmantelar la Comisión de Derechos Humanos que preside por no responder a las necesidades del pueblo y preciarse de dejar atrás el neoliberalismo, entendido como cosa horrible. El académico señala la ironía que hay en el hecho de que haya expresado que el organismo no sirve para nada, pero proponga reemplazarlo por otro, la contradicción que representa haber confesado estar con la 4T sin titubeos, y la traición al legado de su madre, la activista Rosario Ibarra de Piedra, quien nunca dejó de luchas a contracorriente para denunciar los abusos del poder.
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