El gobierno federal no tiene las pruebas de laboratorio que debieron hacerse al balasto del Tren Maya.
A través de solicitudes de información, Latinus pidió a Tren Maya SA de CV, la Agencia Reguladora del Transporte Ferroviario, Fonatur y Fonatur Tren Maya entregar copia de los exámenes de calidad que se aplicaron al balasto, que es la piedra que va debajo de las vías y que le sirve de soporte a los trenes.
Las entidades federales negaron tener copias de esas pruebas, argumentando que no encontraron la información requerida.
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Desde que se inició la construcción de esta obra en el sureste, la Agencia Reguladora del Transporte Ferroviario y Fonatur comunicaron a los constructores sobre el tipo de pruebas físicas y químicas a las que debían someter el balasto, además de que les exigieron contratar una supervisión externa para revisar la calidad de la piedra.
El pasado 11 de marzo, un reportaje de Latinus reveló que Amílcar Olán, íntimo amigo de Andy y “Bobby” López Beltrán, hijos del expresidente Andrés Manuel López Obrador, sobornó a un laboratorio para que el balasto que vendió pasara todos los exámenes de calidad.
“Cada 3 mil metros cúbicos va su ‘mochadita’, su ‘mochadita’ para que den el ‘palomazo’ que todo está bien”, dice Olán en una conversación con Pedro Salazar Beltrán, otro de los operadores de El Clan.
En el reportaje de marzo, Latinus señaló que esas pruebas no se realizaron en miles de metros cúbicos de balasto, según las conversaciones del amigo de los hijos del expresidente López Obrador.
“Ya cuando se descarrile el tren, ya va a ser otro pedo”, se jacta Olán en las pláticas telefónicas, en las que Pedro Salazar Beltrán y su hermano Osterlen describen que al laboratorio le entregaron 80 mil pesos para que dejaran pasar, sin análisis, 80 mil metros cúbicos de balasto para el Tren Maya.