Carlos Loret, junto a Carolina Hernández, Lorena Becerra, Lorenzo Córdova y Jesús Silva-Herzog, analiza las primeras semanas del gobierno de Claudia Sheinbaum en las que, coinciden, hay una clara continuidad de la administración de López Obrador, especialmente en lo que respecta a la concentración de poder en el Ejecutivo y un enfoque autoritario que busca consolidar el poder de Morena mientras socava las instituciones que podrían frenar su agenda.
Coinciden en que existe una disputa interna en Morena en la que las tensiones entre Sheinbaum y los legisladores más cercanos a López Obrador dificultan su capacidad para asumir un liderazgo autónomo, generando obstáculos para imponer su propia agenda.
Los analistas también señalan que, a pesar de las críticas al autoritarismo en curso, una parte significativa de la ciudadanía ve la centralización del poder como una solución más directa para resolver sus problemas cotidianos; sin embargo, esta falta de reproche a los riesgos que implica un gobierno sin contrapesos podría acarrear consecuencias negativas a largo plazo, dado que un modelo autoritario no asegura una mayor justicia ni el bienestar general de la sociedad.