Manuel Lino González / Especial para Latinus
Durante los peores años de la pandemia, 2020 y 2021, en contra de la tendencia mundial, la mortalidad infantil creció en la Ciudad de México. Esta capital no sólo fue uno de los cinco lugares del mundo donde más impacto tuvo la Covid-19 entre la población adulta, sino que fue el único de este grupo donde las muertes de menores de cinco años aumentaron.
Un estudio publicado hace unos días en la revista The Lancet hizo estimaciones de mortalidad y esperanza de vida por edad y sexo en 204 países y territorios, y en 811 ubicaciones subnacionales (de 21 países seleccionados, entre los cuales estuvieron México, Estados Unidos, Sudáfrica, Indonesia y Etiopía).
Entre los hallazgos de la investigación destacó que si bien hubo un “retroceso general de las tendencias de mortalidad durante el periodo de la pandemia, la mortalidad infantil siguió disminuyendo”, como lo ha venido haciendo al menos desde 1950, que es el periodo de tiempo que analiza el estudio.
La tendencia mundial es a la baja
Las estimaciones indican que, a nivel global, en 2019 hubo alrededor de 5.21 millones de muertes de infantes menores de cinco años; mientras que en 2021 fueron 4.66 millones.
Para la Ciudad de México, después de que el número total de muertes de menores de cinco años en 1950 había sido de unas 20 mil 800, para 2019 esa cifra se había reducido alrededor de mil 500. En 2020 esta cifra se mantuvo, pero para 2021 aumentó a mil 800. En términos de la tasa de mortalidad por cada 100 mil habitantes, la CDMX pasó de 12.5 a 17.
En comparación, en el país en general la cifra total de muertes de menores en 2019 fue de 31 mil 800; en 2020, de 29 mil 500, y en 2021, de 28 mil 100. Lo mismo sucedió en casi todos los estados. Algunos tuvieron reducciones notables en las muertes, como el Estado de México, que pasó de 4 mil 300 en 2019 a 3 mil en 2021; otros tuvieron reducciones más modestas, como Michoacán, que en 2019 tuvo mil 400 muertes y en 2021 fueron mil 300.
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Según los datos del estudio, reportados en un apéndice de más de 850 páginas, en siete entidades federativas la cifra de muertes de menores de cinco años se mantuvo constante: Aguascalientes, las dos Baja Californias, Campeche, Coahuila, Jalisco y Yucatán. Sólo en la Ciudad de México el número aumentó.
Comparación internacional
Una de las aportaciones del estudio, que cuenta con cientos de autores de diferentes países coordinados por Simon Hay, del Instituto de Medición y Evaluación de la Salud de la Universidad de Washington (IHME, por el inglés), es la perspectiva histórica.
Así, considerando información desde 1950 hasta 2021, pudieron evaluar el impacto de la pandemia de Covid-19 en términos del desempeño histórico de los indicadores en salud y no sólo de los números de muertes. En esa evaluación, los cinco peores lugares fueron la Ciudad de México, Perú, Bolivia y las provincias sudafricanas KwaZulu-Natal y Limpopo.
En el análisis de los números totales y las tasas de mortalidad de los menores de cinco años para esas cinco poblaciones también resulta que la Ciudad de México es el único lugar donde esos números aumentaron, aunque comparativamente en las otras cuatro poblaciones hayan ocurrido más muertes.
KwaZulu-Natal, por ejemplo, pasó de 8 mil 400 muertes de menores de cinco años en 2019 a 8 mil en 2021; sin embargo, quizá por la drástica disminución de la población en general que hubo en el periodo, la tasa de mortalidad por cada 100 mil habitantes para este grupo de edad aumentó ligeramente de 38.4 a 38.7.
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Las tasas de mortalidad de menores de cinco años sí disminuyeron en Limpopo (de 44 en 2019 a 41.6 en 2021), Bolivia (28.5 a 25.8) y Perú (17 a 13.1).
Si se considera el valor de la tasa de mortalidad de 2019 como el 100%, donde más disminuyó este indicador fue en Perú, con 22.9 puntos porcentuales. Le siguen Bolivia, con una reducción de 9.5 puntos, y Limpopo, con 5.5 puntos menos.
En KwaZulu-Natal hubo un crecimiento de 0.8 puntos de la tasa de mortalidad de menores de cinco años. En la Ciudad de México el aumento en la tasa fue de 36 puntos porcentuales.
Una reconfiguración del país en términos de mortalidad
En 2019, las más altas tasas de mortalidad estandarizada por edad para mayores de 18 años se encontraban en los extremos del país, en Chihuahua, con 803 por cada 100 mil habitantes, y sobre todo en Quintana Roo, con 847. Sus estados vecinos les seguían en la lista, como Tabasco (744), Sonora (735) y Baja California (730).
Durante la pandemia, en 2021, las mayores tasas de mortalidad para adultos pasaron a estar en el centro del país: Ciudad de México (mil 160), Puebla (mil 120), Morelos (mil 090) y Guanajuato (mil 040).