AP.- Un cohete de SpaceX falló por primera vez en casi una década, dejando los satélites de internet de la empresa en una órbita tan baja que acabarán cayendo a través de la atmósfera e incendiándose.
El cohete Falcon 9 despegó de California el jueves por la noche, transportando 20 satélites de Starlink. Tras algunos minutos de vuelo, el motor de la etapa superior falló. El viernes, SpaceX culpó del incidente a una fuga de oxígeno líquido.
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La empresa dijo que los controladores de vuelo lograron hacer contacto con la mitad de los satélites e intentaron impulsarlos hacia una órbita más alta utilizando propulsores de iones a bordo. Sin embargo, dado que el extremo inferior de su órbita estaba a tan solo 135 kilómetros por encima de la Tierra —menos de la mitad de lo que se pretendía— “es poco probable que nuestro máximo impulso disponible sea suficiente para elevar con éxito los satélites”, dijo la empresa en la red social X (antes Twitter).
SpaceX señaló que los satélites volverían a entrar en la atmósfera y se incendiarían. No indicó cuándo podrían descender. Más de 6 mil satélites Starlink en órbita proporcionan actualmente el servicio de internet a clientes en algunos de los rincones más remotos del mundo.
La Administración Federal de Aviación de Estados Unidos indicó que el problema debe resolverse antes de que los cohetes Falcon puedan volar de nuevo.
De momento no se sabe si el accidente influiría en los próximos vuelos tripulados de SpaceX ni cómo lo haría. El 31 de julio está programado un vuelo espacial para multimillonarios desde Florida, con planes para la primera caminata espacial privada, seguida a mediados de agosto por un vuelo de astronautas hacia la Estación Espacial Internacional realizado para la NASA.
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El empresario de la tecnología que dirigió el vuelo privado, Jared Isaacman, dijo el viernes que el Falcon 9 de SpaceX tiene “un historial increíble”, así como un sistema de escape de emergencia.
El último lanzamiento fallido ocurrió en 2015, en un viaje de carga a la estación espacial. Otro cohete explotó al año siguiente mientras era sometido a pruebas en tierra.
Elon Musk, fundador de SpaceX, dijo que el alto índice de vuelos hará más fácil que se identifique y corrija el problema.