El obispo de Quintana Roo, Pedro Pablo Elizondo Cárdenas, reclamó a las autoridades por el asalto a mano armada que sufrieron en la casa de los sacerdotes ubicada en avenida Bonampak, de Cancún.
Al término de su tradicional homilía del domingo en la catedral de Cancún, se dijo sumamente preocupado por el grave incremento en delitos de todo tipo en Quintana Roo y lo calificó como “un tsunami de delincuencia” que crece día con día.
“¡A nosotros ya nos llegó a nuestra casa! ¡A nuestras iglesias nos está llegando! Descaradamente, seis o siete delincuentes, sin capucha ni nada, y órale, saquen el dinero, saquen las carteras. ¡En pleno día y no pasa nada! Porque hay que darles abrazos, porque son seres humanos, porque también son pueblo sabio y bueno”.
El responsable de la Diócesis Cancún/Chetumal continuó “¿Qué nos espera? ¿Qué nos espera? Con toda esta avalancha, con este tsunami de delincuencia que nadie lo quiere frenar y lo dejan crecer y crecer. ¿A ver quién le pone ‘cascabel al gato’?”.
“Todo mundo está consternado (por la inseguridad), menos el presidente y la futura presidenta. ¡No estamos bien! Y ella (Sheinbaum) no está de acuerdo y no va a cambiar la estrategia de abrazos, no balazos. ¿Qué nos espera? Más de lo mismo, incremento de delitos de todo tipo”.
Celebra protestas por Venezuela
Además, aseguró que siete millones 800 mil venezolanos han huido de su país desde que comenzó el régimen de Hugo Chávez y Nicolas Maduro, por lo que celebró las protestas de este sábado en Quintana Roo, México y el mundo, y les pidió tener fe y esperanza de que llegará a su fin “porque se va a imponer la voluntad del pueblo”.