El reclutamiento forzado de menores por parte de cárteles como el de Sinaloa, el CJNG y grupos como Los Viagras afecta principalmente a los estados de Baja California, Guerrero, Michoacán, Guanajuato y Zacatecas.
Según el informe "Mecanismo Estratégico del Reclutamiento y Utilización de NNA por Grupos Delictivos", elaborado por la Subsecretaría de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación y publicado en 2024, los cárteles explotan a los menores en actividades delictivas, que van desde el narcomenudeo hasta el sicariato.
La Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim), en su reportaje "La infancia: objetivo de grupos delincuenciales", destaca estimaciones de riesgo y datos indirectos, sin ofrecer cifras exactas sobre víctimas confirmadas. Según Redim, entre 145 mil y 250 mil menores están en riesgo de ser reclutados debido a factores como pobreza y violencia.
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Por su parte, el Inegi reporta que en 2019, el 55.9% de los adolescentes privados de libertad cometieron delitos vinculados con el crimen organizado, lo que equivale a 916 adolescentes, de los cuales 97 eran mujeres y 819 hombres.
Los estados con mayor incidencia de reclutamiento forzado o inducido son Baja California, Guerrero, Michoacán, Guanajuato y Zacatecas. Estos lugares comparten altos índices de violencia, la presencia de economías ilícitas y la descomposición del tejido social.
En Baja California, municipios como Tijuana y Mexicali son escenarios del uso de menores como "halcones" y para el trasiego de drogas, principalmente por parte del Cártel de Sinaloa y el CJNG.
En Guerrero, especialmente en Acapulco e Iguala, los menores son reclutados para actividades como el cobro de "piso" y el secuestro.
En Michoacán, Los Viagras y la Familia Michoacana captan a menores para labores de siembra de droga y vigilancia, mientras que en Guanajuato y Zacatecas, los cárteles reclutan jóvenes para realizar robos violentos, extorsión y el trasiego de fentanilo.
El proceso de reclutamiento varía desde el engaño, ofreciendo dinero, pertenencia o "protección" a través de redes sociales o videojuegos, hasta amenazas violentas, donde las familias son extorsionadas o los menores son obligados bajo riesgo de muerte.
Muchos de los menores que caen en las redes de los criminales tienen antecedentes de pobreza extrema, adicciones o falta de acceso a la educación.
Los principales organizaciones criminales responsables del reclutamiento de menores son el Cártel de Sinaloa, que opera en 12 de los 18 estados prioritarios; el CJNG, que tiene control en Jalisco, Guanajuato y Guerrero; y Los Viagras y La Familia Michoacana en Michoacán y Guerrero. También están involucrados el Cártel del Noroeste y los Zetas, activos en Tamaulipas y Zacatecas.