Todos los comercios, salvo bares y restaurantes, podrán abrir en Francia a partir del 11 de mayo, fecha de comienzo de la desescalada ante la pandemia del coronavirus, mientras que la vuelta a las aulas se hará de forma progresiva y en función de los cursos.
El primer ministro francés, Édouard Philippe, anunció ante la Asamblea Nacional que los comercios deberán limitar el número de personas presentes a la vez en sus establecimientos y garantizar la distancia de un metro.
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El jefe de gobierno añadió que los propietarios de un negocio podrán impedir la entrada a quien no lleve cubrebocas. Apuntó que los ayuntamientos podrán decidir sobre la apertura de centros comerciales de más de 40 mil metros cuadrados en los que podría haber aglomeraciones de gente.
Respecto a las escuelas, los primeros en reincorporarse paulatinamente serán los alumnos de preescolar y primaria a partir del 11 de mayo. Mientras que los de secundaria lo harán desde el 18 de mayo. La situación de los de últimos años del último años de secundaria y los de bachillerato se evaluará al final de mayo.
En las guarderías, sólo podrán coincidir diez niños por grupo, mientras que en los colegios el máximo será de 15 alumnos por clase.
Philippe dejó claro que la vuelta a clase, escalonada a lo largo de tres semanas, será voluntaria.
Aperturas según el territorio
La desescalada se adaptará a la realidad de cada territorio. Por ejemplo, los parques y jardines solo abrirán en aquellos departamentos donde el coronavirus “no circule de forma activa”. Las playas, cerradas desde el principio del confinamiento el 17 de marzo, seguirán inaccesibles al menos hasta el 1 de junio.
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Los ciudadanos podrán salir de su casa sin la declaración jurada que actualmente es obligatoria, salvo en desplazamientos de más de 100 kilómetros del domicilio, que solo se autorizarán por motivos familiares o profesionales urgentes.
De momento, los museos, los cines, las salas de conciertos y de espectáculos seguirán cerrados y todos los actos que agrupen a más de 5 mil personas estarán prohibidos al menos hasta septiembre.
El transporte público también deberá adaptarse: el uso de cubrebocas será obligatorio y los distintos operadores deberán organizarse para permitir que se respete la distancia social. Esto podría implicar que se reduzca, por ejemplo, la capacidad del metro parisino, dejando un asiento de cada dos libre.
El total de fallecidos desde el inicio de la pandemia asciende en Francia a 23 mil 327 personas y se han contabilizado 16 mil 036 casos de contagios confirmados, según la Universidad Johns Hopkins.
Con información de EFE