EFE.- Cientos de hindúes realizaron este sábado una protesta pública y comenzaron una huelga de hambre por todo Bangladesh para pedir justicia al gobierno tras la muerte de al menos seis personas en una turba de musulmanes contra esta minoría religiosa durante una festividad hindú.
“Queremos el arresto y el castigo de todos los que perpetraron y atacaron nuestros templos en diferentes lugares del país”, dijo Achintya Gaur, un sacerdote de un templo hindú en Dacca.
Los manifestantes, que portaban pancartas que rezaban “por favor, salven a los hindúes” o “detengan los ataques contra los hindúes“, exigían la creación de una ley que proteja a las minorías religiosas en el país y la abolición de todas aquellas que los discriminan.
Varios miembros del Parlamento bangladesí y líderes políticos apoyaron estas protestas y condenaron la violencia sectaria hacia la comunidad hindú.
También se unieron algunos partidos políticos islámicos, que exigieron que se lleven a cabo investigaciones para esclarecer todos los ataques perpetrados hacia los hindúes en el país.
“Creemos que Bangladesh es de todos. Hindúes, musulmanes, budistas, cristianos\u2026 todo el mundo tiene derecho a vivir en paz aquí. Quienes atacan o saquean, no tienen relación con la religión“, dijo a Efe Ahmad Abdul Kaiyum, portavoz del Movimiento Islámico de Bangladesh.
Estas protestas se producen en el contexto de tensión que vive el país después de que al menos seis hindúes fueron asesinados y la semana pasada por una turba de la mayoría musulmana al difundirse unas imágenes en las que se colocó supuestamente el Corán sobre el regazo del dios hindú Hanuman.
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Aumento de violencia en Bangladesh
Desde entonces, el miedo se apoderó de los miembros de esta comunidad minoritaria, que representan menos de nueve por ciento en este país de 170 millones de habitantes.
Al principio, Shanto Chandra Das, un hindú de 27 años, se tomó estos ataques simplemente como hechos que “ocurren con bastante frecuencia” hasta que se enteró que su hermano Patna había muerto en uno de los altercados de la semana pasada.
El templo en el que se encontraba fue saqueado el pasado 15 de octubre y su cadáver fue hallado poco después en un estanque.
“Ninguno de sus órganos se salvó. Desde sus órganos sexuales hasta la mano, la cabeza\u2026 todo fue destrozado y luego lo arrojaron al estanque”, lamentó a Efe.
“Ahora vivimos con miedo constante”, agregó.
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La violencia se desató el pasado 13 de octubre, cuando empezaron a circularan imágenes en las que se mostraba el Corán sobre el regazo del dios hindú Hanuman durante un festival religioso en el distrito oriental de Cumilla.
La violencia, que se convirtió en una de las peores revueltas religiosas en Bangladesh, dejó seis muertos y al menos 150 templos fueron saqueados e incendiados en todo el país, según el Consejo de Unidad Cristiana, Budista e Hindú de Bangladesh (BHBCUC), una plataforma para la defensa de las minorías.
Posteriormente, la policía arrestó a un musulmán acusándolo de haber colocado el Corán cerca del ídolo hindú.
“Nuestro templo fue atacado tres veces. Un lugar de culto improvisado fue saqueado e incendiado. Un baterista resultó herido. Un hombre de 85 años sufrió un derrame cerebral y murió”, aseguró a Efe Haradhan Chakrabarti, secretario general del templo Chanmoni Kali Mandir.
Para detener la violencia, el Gobierno de Bangladesh cortó la conexión a Internet, desplegó fuerzas paramilitares en más de 35 distritos y prometió tomar acciones serias contra los saqueadores.
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Sin embargo, la violencia no hizo más que aumentar. El pasado 17 de octubre, una turba de musulmanes incendió un poblado habitado por la minoría hindú en el distrito norteño de Rangpur.
“Eran de 500 a 700 personas. Huimos para salvar nuestras vidas y pasamos la noche en un campo de arroz. Prendieron fuego a nuestras casas y robaron nuestras pertenencias”, dijo a Efe Noni Gopal Das, una víctima.
Estos ataques de la mayoría musulmana contra minorías por supuestamente herir sus sentimientos religiosos no son infrecuentes en Bangladesh, un país en el que por lo general prevalece una interpretación moderada del islam.