AP.- Los migrantes que pasaron varios días en un campamento improvisado en el lado bielorruso de la frontera con Polonia estaban siendo trasladados lejos de allí en autobuses por las autoridades bielorrusas, dijo un funcionario del gobierno polaco el miércoles.
Desde el 8 de noviembre, un numeroso grupo de ciudadanos procedentes de Medio Oriente estaban varados en el paso fronterizo con Polonia, con la esperanza de entrar a la Unión Europea. La mayoría huyen de los conflictos o la desesperanza en sus países de origen y buscan llegar a Alemania o a cualquier otra nación de Europa occidental.
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Las tensiones aumentaron el martes cuando las fuerzas polacas en la frontera emplearon cañones de agua y gases lacrimógenos contra los migrantes que les arrojaban piedras. Varsovia acusó al régimen del presidente bielorruso Alexander Lukashenko de entregar granadas de humo y otras armas a quienes intentan cruzar la frontera.
Pero la situación se calmó el miércoles, según las autoridades polacas, y aunque registraron 161 intentos de pasar la frontera de forma ilegal, en el asentamiento más grande en el cruce de Kuznica \u2014que ahora está cerrado\u2014 había menos gente.
"He recibido información de que Lukashenko ha facilitado los primeros autobuses que los migrantes están tomando para marcharse”, dijo Maciej Wasik, viceministro de interior. "El campamento cerca de Kuznica se está vaciando lentamente”.
No estuvo claro a dónde se trasladaban y la información proporcionada por las autoridades es difícil de verificar debido a las restricciones que enfrentan los periodistas a ambos lados de la frontera. En Polonia, una declaración de estado de emergencia impide el acceso de reporteros, trabajadores de derechos humanos y otros a menos de tres kilómetros.
Irak ha pedido a sus ciudadanos que regresen al país señalando que la vía de entra a la UE está cerrada. Los primeros vuelos de repatriación están previstos para el jueves.
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Según la información de la agencia noticiosa estatal bielorrusa Belta, los migrantes estaban recibiendo alojamiento en un centro de logística en la frontera donde, tras varios días durmiendo en tiendas al aire libre, podían pasar la noche a cubierto.
Occidente acusó a Lukashenko de utilizar a los migrantes como peones para desestabilizar al bloque de 27 naciones como represalia por las sanciones contra su autoritario régimen. Minsk, por su parte, niega haber orquestado la crisis.