EFE.- No habrá confinamiento ni toque de queda en Francia, pero el gobierno ha decidido generalizar la dosis de refuezo de la vacuna a todos los mayores de 18 años y reforzar el uso del pasaporte sanitario para incitar a los más escépticos a inocularse y hacer frente así a la quinta ola del coronavirus.
A partir de este sábado, todos los adultos podrán recibir la dosis de refuerzo si han pasado al menos cinco meses desde que completaron la pauta inicial, y tendrán un margen de dos meses para hacerlo antes de que les caduque el pasaporte sanitario.
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“Esto concierne en la práctica a 25 millones de franceses de los cuales seis millones han recibido ya la dosis de recordatorio. Quedan 19 millones de franceses a día de hoy que son elegibles a esta dosis y a los que instamos a vacunarse en los próximos dos meses”, dijo el ministro de Sanidad, Olivier Véran, en rueda de prensa.
El pasaporte sanitario, que al día de hoy es necesario para entrar a la gran mayoría de lugares públicos en Francia, caducará a partir del 15 de diciembre para los mayores de 65 años y personas inmunodeprimidas que no hayan recibido esta dosis, y a partir del 15 de enero para el resto de adultos si no lo hacen.
El ministro, acompañado del director general de Salud, Jér\u00f4me Salomon, y el ministro de Educación, Jean-Michel Blanquer, anunció el conjunto de medidas tomadas por el gobierno de Emmanuel Macron el miércoles, durante un consejo ministerial para hacer frente a la quinta ola del coronavirus, que está dejando una media de 20 mil nuevos casos diarios en el país.
“El porcentaje de franceses en UCI habla sólo, los vacunados son ingresados diez veces menos que los no vacunados. En los lugares donde la vacunación es más débil registramos una tasa de incidencia y de casos graves mucho más importante”, dijo Véran.
Sin embargo, el ministro constató que la eficacia de la vacuna disminuye con el tiempo, un “fenómeno clásico”, ya que la “memoria inmunitaria no es infalible y se necesita un recordatorio”, que ahora será a los cinco meses en lugar de los seis previstos en un primer momento.
La intención del gobierno, que tras el contagio esta semana de su primer ministro, Jean Castex, intenta mostrarse más ejemplar en el uso de medidas de higiene y distanciamiento social, que se habían abandonado en gran medida con la vacunación, es también endurecer el uso del pasaporte sanitario.
Por ello, quienes sigan sin vacunarse y recurran a la presentación de un test negativo para poder acceder a restaurantes, salas de concierto, gimnasios y otros lugares públicos, tendrán que mostrar una prueba realizada en las 24 horas anteriores y no 72, como ocurría hasta ahora.
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Véran defendió estas medidas que sirven para sortear el confinamiento, el toque de queda o el cierre de comercios que han tenido que ser aplicados en países como Austria, Holanda o Reino Unido ante la expansión del coronavirus.
Para el ministro, la diferencia entre Francia y estos países es el uso del pasaporte sanitario que ha llevado a muchos ciudadanos a vacunarse por lo que el país presenta una tasa de protección mucho mayor, como sucede también en España, Portugal o Italia
“El impacto en los hospitales es real pero claramente más bajo”, dijo Véran con respecto a esta quinta ola, y precisó que la vacuna reduce “ocho veces” el riesgo de desarrollar formas graves.
Véran cree que el país cuenta con las herramientas para enfrentarse a la quinta ola, a la que se suma desde diciembre el recurso a los antivirales en pastillas como Molnupiravir, que podrán tomar los mayores e inmunodeprimidos durante los cinco primeros días de la enfermedad para reducir el riesgo de una forma grave.
“Francia será el primer país europeo en el que sus ciudadanos se beneficien de este tratamiento”, dijo Véran.