Reuters.- La variante Ómicron de Covid ahora se está extendiendo rápidamente. Los primeros informes sugieren que Ómicron causa una enfermedad menos grave que otras variantes, pero aún representa un riesgo para los más vulnerables, ya que los pacientes comienzan a llegar a los hospitales.

Ómicron también parece tener cierta capacidad para sortear la inmunidad existente, ya sea por vacunación o infección. Sin embargo, parece menos capaz de hacer esto cuando las personas reciben una tercera dosis de la vacuna.

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Debido a esto, se están acelerando los programas de refuerzo. A menos de que existan fuertes razones para no usarlas (como haber tenido una reacción alérgica grave u otro efecto secundario anteriormente), Pfizer o Moderna son las opciones preferidas.

Estas son las vacunas de ARNm que parecen ser más efectivas como dosis de refuerzo en comparación con otras vacunas Covid, como AstraZeneca. El reciente estudio Cov-Boost, que investigó qué tipo de vacuna funcionó mejor cuando se administró como tercera dosis, encontró que las vacunas de ARNm dieron el mayor aumento de anticuerpos.

Y si sus dos primeras vacunas no terminan siendo iguales a su refuerzo, está bien. Varios estudios (algunos en espera de revisión) han encontrado que mezclar dosis es seguro y conduce a una fuerte respuesta inmune, incluso si inicialmente recibió la vacuna AstraZeneca.

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Incluso antes de la llegada de Ómicron, estaba claro que se necesitaban refuerzos: los datos mostraban que la protección de la vacuna disminuía después de 90 días.

De hecho, una preimpresión (una pieza de investigación aún por revisar) sugiere que 20 semanas después de su segundo pinchazo, las personas mayores de 65 años solo estaban protegidas en un 37% contra la Covid sintomática si se les había administrado la vacuna AstraZeneca. Si se les había administrado Pfizer, esta cifra era del 55% (aunque las estimaciones correspondientes para la protección contra la hospitalización eran 76% y 91% respectivamente).

Todavía hay pocos datos concretos sobre Ómicron, pero es probable que la protección sea aún menor debido a sus mutaciones. Otra preimpresión ha probado anticuerpos en la sangre de personas vacunadas contra la variante y encontró que son mucho menos capaces de neutralizar el virus.

Los primeros datos del mundo real producidos por la Agencia de Seguridad Sanitaria del Reino Unido parecen confirmar que la protección es menor. Sugiere que la efectividad de la vacuna contra Ómicron más de 25 semanas después de una segunda dosis de vacuna fue insignificante para AstraZeneca y solo alrededor del 35% con Pfizer. Pero después de un refuerzo, la efectividad fue de alrededor del 75%.

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Esto está en contra de la enfermedad sintomática. Aún no se conoce el riesgo de enfermedad grave después de una infección por Ómicron, ni tampoco la eficacia de una dosis de refuerzo contra la enfermedad grave.

Sin embargo, dado que las vacunas y los refuerzos han demostrado una mayor eficacia contra la enfermedad grave que contra la infección con otras variantes, deberíamos esperar que la protección contra la enfermedad grave sea mucho mayor que el 75%.

Además, si bien Ómicron está muy mutado, no tiene tantas mutaciones en áreas atacadas por células inmunes específicas llamadas células T citotóxicas, que se cree que son importantes para reducir la gravedad de la enfermedad. Ésta es otra razón por la que no es poco realista esperar una protección mucho mayor contra una enfermedad grave. Pero pasará un tiempo antes de que esto se confirme.

Después de haber recibido el refuerzo, pasan unos días antes de que se active la protección adicional. Un estudio en Israel descubrió que la protección comienza a aparecer unos siete días después de la inyección de refuerzo y luego continúa aumentando durante otra semana.

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Entonces, después de su refuerzo, no debe asumir que tiene una mayor protección durante al menos otra semana a diez días. Aún puede disfrutar de la Navidad, pero continúe siendo cauteloso, especialmente si es o tiene contacto con una persona vulnerable.