AP.- El presidente electo de Irán, Ebrahim Raisi, aseguró este lunes que no se reunirá con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden ni negociará sobre el programa de misiles balísticos de Teherán y su apoyo a las milicias regionales, manteniéndose en una posición de línea dura tras su aplastante victoria en las elecciones celebradas la semana pasada.
El jefe del poder judicial, Ebrahim Raisi, también se describió a sí mismo como un "defensor de los derechos humanos" cuando se le preguntó sobre su participación en la ejecución en masa de unas cinco mil personas en 1988. Fue la primera vez que lo ponen en peligro en la televisión en vivo por ese momento oscuro en la historia de Irán al final de la guerra entre este país e Irak.
“Estados Unidos está obligado a levantar todas las sanciones opresivas contra Irán“, sostuvo Raisi en su primera conferencia de prensa después de las elecciones del viernes, unos comicios ampliamente vistos como una coronación después de que su competencia más fuerte se vio impedida de participar.
Raisi, de 60 años, se sentó frente a un mar de micrófonos, la mayoría de Irán y de países que albergan milicias apoyadas por Teherán. Parecía nervioso al comienzo de sus comentarios, pero poco a poco se fue sintiendo más cómodo durante la conferencia de prensa de una hora.
Cuando se le preguntó sobre el programa de misiles balísticos de Irán y su apoyo a las milicias regionales, Raisi describió los problemas como “no negociables”.
La flota de aviones de ataque de Teherán se remonta en gran parte a antes de la Revolución Islámica de 1979, lo que obligó a Irán a invertir en misiles como protección contra sus vecinos árabes regionales, que han comprado miles de millones de dólares en material militar estadounidense a lo largo de los años. Esos misiles, con un límite de alcance autoimpuesto de dos mil kilómetros, pueden atravesar el Medio Oriente y las bases militares estadounidenses en la región.
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Irán también depende de milicias como los rebeldes hutíes de Yemen y el grupo militante Hezbolá del Líbano para contrarrestar enemigos como Arabia Saudita e Israel, respectivamente.
Sobre una posible reunión con Biden, Raisi respondió secamente: “No”. Su competidor moderado en las elecciones, Abdolnasser Hemmati, había sugerido durante la campaña que podría estar dispuesto a reunirse con Biden.
La Casa Blanca no respondió de inmediato a las declaraciones de Raisi, quien se convertirá en el primer presidente iraní en funciones sancionado por el gobierno de Estados Unidos, incluso antes de asumir el cargo, en parte por su gestión como jefe del poder judicial de Irán, que fue criticada internacionalmente.
La victoria de Raisi, un protegido del líder supremo de Irán, el ayatolá Ali Khamenei, se produjo en medio de la participación electoral más baja en la historia de la República Islámica. Millones de iraníes se quedaron en casa desafiando un voto que consideraron inclinado a favor de Raisi después de que un panel dirigido por Jamenei descalificó a destacados candidatos reformistas.
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De los que votaron, 3.7 millones de personas anularon sus boletas, ya sea accidental o intencionalmente, muy por encima de la cantidad vista en elecciones anteriores y sugiriendo que algunos no querían a ninguno de los cuatro candidatos. En los resultados oficiales, Raisi obtuvo 17.9 millones de votos en total, casi 62% del total de los 28.9 millones emitidos. Teherán tuvo una participación de 34%, mucho más baja que en años anteriores, con muchos colegios electorales en la capital notablemente vacíos.
La elección de Raisi pone a los partidarios de la línea dura en todo el gobierno, mientras las negociaciones en Viena continúan tratando de salvar un acuerdo arruinado destinado a limitar el programa nuclear de Irán.
El entonces presidente de Estados Unidos, Donald Trump, retiró unilateralmente a Estados Unidos del histórico acuerdo en 2018, lo que puso en marcha meses de tensiones en toda la región . En respuesta, Irán ha abandonado los límites del acuerdo y ahora está enriqueciendo uranio al 60%, los niveles más altos de su historia, aunque todavía por debajo de los niveles de grado de armas. Los representantes de las potencias mundiales parte del acuerdo regresaron a sus capitales para realizar consultas tras la última ronda de negociaciones del domingo.
La victoria de Raisi ha generado preocupaciones de que podría complicar un posible regreso al acuerdo nuclear. En sus declaraciones del lunes, Raisi calificó el alivio de las sanciones como “fundamental para nuestra política exterior” y exhortó a Estados Unidos a “regresar e implementar sus compromisos” en el acuerdo.