EFE.- La ONU pidió al gobierno de Nigeria que investigue una supuesta campaña llevada a cabo secretamente por el Ejército del país para obligar a abortar a 10 mil mujeres y niñas que habían sido rehenes de grupos yihadistas.
Esto fue desvelado el pasado miércoles por la agencia Reuters, que sostuvo que se trató de una “campaña sistemática” practicada en secreto desde 2013 en la región del noreste del país más sometida a la violencia de grupos yihadistas.
Lee también: Cancillería condena ataque en iglesia católica de Nigeria que dejó al menos 50 personas muertas
Preguntado en su rueda de prensa diaria, el portavoz de la ONU, Stéphan Dujarric, no confirmó los hechos, pero dijo que el informe era “perturbador”, y obligaba al gobierno a “investigar a fondo” su contenido y “asegurarse de que hay rendición de cuentas” si se demuestra su veracidad.
El ejército nigeriano ya rechazó el contenido del informe antes incluso de que se hiciera público: el pasado viernes, uno de los portavoces del Ejército, Jimmy Akpor, dijo que es “un informe falso (y) un insulto contra los pueblos y la cultura de Nigeria” porque “el ejército nigeriano nunca contemplará la opción malvada de ejecutar un programa de aborto sistemático e ilegal“.
Sin embargo, la denuncia ha sido considerada creíble por Amnistía Internacional, que pidió a las autoridades nigerianas que investiguen “de manera inmediata, exhaustiva e imparcial” esos presuntos abortos, lleven hasta la justicia a todos los responsables, y proporcionen “reparaciones” a las víctimas.
“Nigeria, como un Estado firmante de la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Contra la Mujer (CETFDCM), es responsable de los actos de violencia de género de sus funcionarios, incluidos los del ejército”, indicó Amnistía.
Más información: La ONU condena el intento de golpe de Estado de Pedro Castillo en Perú
La investigación llegó a la conclusión de que, desde al menos 2013, el Ejército nigeriano ha llevado a cabo abortos forzados a las mujeres y niñas que habían sido raptadas y violadas por los grupos yihadistas que operan en el noreste del país para evitar que los terroristas tengan hijos.
El noreste de Nigeria es blanco de ataques de Boko Haram desde 2009, una violencia que se agudizó a partir de 2016 con la aparición de su escisión, el Estado Islámico en la Provincia de África Occidental (ISWAP).