EFE.- El papa Francisco ha ordenado la publicación en internet de miles de archivos sobre la persecución de los judíos en el Holocausto, durante el convulso pontificado de Pío XII (1939-1958), tradicionalmente acusado de pusilánime ante estos crímenes.
Los documentos, confirmó hoy la Santa Sede, serán “accesibles a todos” virtualmente en el propio portal del Vaticano ya desde este mes y recogen las peticiones de ayuda enviadas por los judíos de “toda Europa” a Pío XII, como la de un alemán recluido en el campo de concentración franquista de Miranda de Ebro (norte de España).
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En marzo de 2020, Francisco decidió abrir para los académicos los archivos del pontificado de Pío XII, parte del cual transcurrió en plena Segunda Guerra Mundial (1939-1945), pero ahora permitirá el estudio de 170 volúmenes y casi 40 mil documentos a cualquier usuario de la red.
No obstante, en un primer momento sólo se publicará un 70% del total del material, a la espera de que se digitalice el resto.
\u200bLa serie de archivos denominada como “Hebreos” en los depósitos vaticanos conservaba “las instancias de ayuda dirigidas al papa por los judíos de toda Europa al inicio de las persecuciones nazis y fascistas”, en la década de 1930.
Pío XII, Eugenio Maria Giuseppe Giovanni Pacelli, ha sido acusado tradicionalmente de no haber alzado la voz contra el nazismo, que el mismo año en el que empezaba su pontificado iniciaba la Segunda Guerra Mundial y el Holocausto contra los judíos de toda Europa.
El Vaticano, en un intento por defender su memoria, puso en marzo de 2020 más de 1.3 millones de documentos digitalizados a disposición de los historiadores, que sin embargo debían ir a Roma previo permiso, mientras que ahora la consulta de buena parte de este material será a través de internet.
Como ejemplo, la Santa Sede publicó hoy su intervención para liberar a un estudiante universitario alemán de 23 años “de origen judío” apresado en el campo de concentración franquista de Miranda de Ebro (norte) y que pidió la intervención del pontífice en 1942.
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El muchacho, de nombre Werner Barasch, imploraba su liberación para poder llegar a Estados Unidos con su madre, que logró escapar en 1939, pero aunque la Secretaría de Estado vaticano intervino, a través de la nunciatura en Madrid, el procedimiento se detuvo y no se supo la suerte que corrió.
Hasta que en 2001 el Vaticano tuvo conocimiento de que había logrado sobrevivir del campo de concentración español, alcanzar a su madre, estudiar e incluso escribir sus memorias, según el secretario vaticano de Relaciones con los Estados, Paul Richard Gallagher.
“Miles de perseguidos por su fe judía o por la mera descendencia no aria se dirigían al Vaticano sabiendo que otros habían obtenido socorro, como escribe el mismo Barasch. Las peticiones llegaban a la Secretaría de Estado, donde se activaban los canales diplomáticos para tratar de proporcionar toda la ayuda posible teniendo en cuenta la complejidad de la situación política a escala mundial”, defendió Gallagher.
El material, entre cartas, instancias, datos sobre el inventario o nombre e identidad del remitente, “permitirá a los descendientes de quienes pidieron ayuda buscar, desde cualquier parte del mundo, el rastro de sus propios seres queridos”, indicó.