AP.- Miles de escuelas cerraron sus aulas, los servicios ferroviarios se paralizaron este miércoles en la que se perfila como la mayor jornada de huelga en Gran Bretaña en más de una década, mientras los sindicatos intensifican la presión sobre el gobierno para exigir mejoras salariales en plena crisis.
El Congreso de Sindicatos (TUC, por sus siglas en inglés), una federación de sindicatos, calcula que hasta medio millón de trabajadores, incluyendo profesores, personal universitario, funcionarios, agentes fronterizos y conductores de tren y bus, abandonaron a sus puestos de trabajo en todo el país.
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Para los próximos días hay previstas más acciones, incluyendo las de enfermeras y trabajadores de ambulancias.
Los británicos llevan meses sufriendo problemas en su vida cotidiana debido a la disputa entre sindicatos y gobierno por los salarios y las condiciones laborales. Pero los paros del miércoles son un avance de las protestas en múltiples sectores clave.
La última vez que el país vio un paro laboral masivo a esta escala fue en 2011, cuando más de un millón de trabajadores secundaron un día de huelga en una disputa por las pensiones.
Los responsables sindicales señalan que a pesar de algunas alzas salariales \u2014como la oferta del 5% propuesta por el gobierno a los maestros\u2014 los salarios en el sector público no han seguido el ritmo de la creciente inflación, lo que supone que los trabajadores han perdido poder adquisitivo.
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El Congreso de Sindicatos dijo el miércoles que, en promedio, un trabajador del sector público perdió 203 libras (250 dólares) mensuales con respecto a 2010, teniendo en cuenta la inflación.
En Gran Bretaña, la inflación está en el 10.5% \u2014la más alta en 40 años\u2014 avivada por el drástico aumento de los alimentos y la energía. Aunque algunos expertos esperan que las alzas de precios se ralenticen este año, la perspectiva económica británica está siendo sombría.
Según el Sindicato Nacional de Educación, unas 23 mil escuelas se vieron afectadas este miércoles y se estima que un 85% cierren total o parcialmente de ellas. También están en huelga los trabajadores de museos, los conductores de los autobuses londinenses, los guardacostas y los funcionarios fronterizos que controlan los pasaportes en los aeropuertos.
La oficina del primer ministro, Rishi Sunak, reconoció que la oleada de paros de este miércoles causó "trastornos significativos" a la población y sostuvo que "las negociaciones, y no las líneas de piquetes, son el enfoque correcto". Pero los líderes sindicales sostienen que el Ejecutivo se ha negado a negociar y sus ofertas son insuficientes para suspender los paros.
Los sindicatos se han molestado también por los planes del gobierno para aprobar una nueva ley que frenaría las consecuencias de los paros al aplicar servicios mínimos en sectores clave, incluyendo la atención sanitaria y el transporte.
Los legisladores respaldaron la propuesta de ley el lunes, que ha sido calificada por los sindicatos como un ataque a su derecho a la huelga.
El secretario general del TUC, Paul Nowak, dijo que el malestar social continuará hasta que el Ejecutivo ponga una oferta salarial aceptable sobre la mesa.
"El mensaje al gobierno es que esto no va a desaparecer. Estos problemas no van a desaparecer por arte magia”, agregó.