AP.- Dos activistas climáticos arrojaron sopa al cristal que protege la Mona Lisa en el Museo del Louvre y gritaron consignas que reclamaban un sistema alimentario sostenible. Agricultores franceses han protestado durante los últimos días en todo el país por bajos ingresos y otros problemas.
Dos mujeres con las palabras “Food Riposite” (respuesta alimentaria) escritas en sus camisetas aventaron sopa al cristal que protege la obra maestra de Leonardo da Vinci y pasaron bajo una barrera de seguridad para acercarse más a la pintura, según un video compartido en redes sociales.
"¿Qué es lo más importante?", exclamaron. "¿El arte, o el derecho a una comida sana y sostenible?".
"Nuestro sistema agrario está enfermo. Nuestros agricultores mueren trabajando", añadieron.
En el video se observa a empleados del Louvre colocando unos paneles negros ante la Mona Lisa y pidiendo a los visitantes que evacuaran la sala.
Dos personas fueron detenidas tras el incidente, según la policía de París.
En su sitio web, el grupo "Food Riposte" afirma que el gobierno francés está incumpliendo sus compromisos climáticos, y pide que se establezca un equivalente al sistema de salud financiado por el estado francés que dé a la gente un mejor acceso a alimentos sanos y proporcione unos ingresos decentes a los agricultores.
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Agricultores enojados han utilizado sus tractores durante los últimos días para bloquear carreteras y complicar el tráfico en el país, para pedir una mejor remuneración por sus productos, menos burocracia y protección contra las importaciones baratas.
El gobierno anunció el viernes una serie de medidas que, según dijeron, no resuelve por completo sus demandas. La propuesta incluye "simplificar de forma drástica" algunos procedimientos técnicos y eliminar de forma progresiva los impuestos al diésel para vehículos agrícolas.
Algunos agricultores amenazaron con reunirse en París a partir del lunes para bloquear los principales accesos a la capital.
El nuevo primer ministro, Gabriel Attal, visitó una granja el domingo en la región central de Indre y Loira. Reconoció que los agricultores están en una situación difícil, porque "por un lado, decimos 'necesitamos calidad', y por el otro 'queremos precios cada vez más bajos'".
"Lo que está en juego es encontrar soluciones en el corto, medio y largo plazo", dijo, "porque necesitamos a nuestros agricultores".
Attal también mencionó que su gobierno estudia medidas adicionales contra lo que describió como competencia injusta de otros países, que tienen normas distintas de producción y exportan comida a Francia.