Reuters.- El lunes sonaron las sirenas en memoria de generaciones de israelíes muertos en la guerra, pero también en señal de advertencia por la llegada de misiles en el marco del conflicto desencadenado por el ataque de Hamás del 7 de octubre.
El tráfico se detuvo para guardar los tradicionales dos minutos de silencio del Día del Recuerdo, que se celebra anualmente en Israel la víspera del Día de la Independencia.
El presidente Isaac Herzog abrió las conmemoraciones en el Muro de los Lamentos de Jerusalén el domingo por la noche, con el cuello de su camisa rasgado en señal de luto judío.
Tras él, el teniente general Herzi Halevi, jefe de las fuerzas armadas, asumió personalmente la responsabilidad de no haber podido detener el ataque transfronterizo de hombres armados palestinos, el día más mortífero de la historia de Israel.
Gran parte de la ira pública se ha centrado en el gobierno del primer ministro Benjamin Netanyahu, un veterano conservador que durante mucho tiempo se promocionó a sí mismo como garante de la seguridad nacional.
"Nuestros seres queridos, que cayeron en esta guerra, y en todas las guerras de Israel (...) representan valores eternos: amor a la humanidad y al pueblo, amor a la patria, disposición al sacrificio, creencia en una causa justa", dijo Netanyahu en un discurso.
"O nosotros —Israel— o ellos —los monstruos de Hamás—. O la continuidad de la existencia, la libertad, la seguridad y la prosperidad, o la destrucción, la masacre, la violación y la esclavitud. Y estamos decididos a salir victoriosos de esta lucha", agregó.
Varias zonas de Israel fueron evacuadas el lunes en el sur, cerca de Gaza, y en el norte, en la frontera con Líbano, en medio de alertas aéreas. Las sirenas conmemorativas sonaban con un tono fijo, mientras que las antiaéreas tenían notas ascendentes y descendentes, por lo que los residentes podían distinguirlas.