EFE.– La Liga, la formación ultraderechista de Matteo Salvini que integra la coalición del gobierno de Giorgia Meloni, retiró este lunes un controvertido decreto que quería prohibir el uso del género femenino en los cargos del Estado y títulos profesionales, como "alcaldesa" o "abogada".
"Es una iniciativa totalmente personal. Los dirigentes del partido, empezando por el jefe del grupo del Senado, Massimiliano Romeo, no están de acuerdo con lo que contiene el proyecto de ley de Potenti, cuyo texto no refleja en absoluto la línea de la Liga, que ya ha pedido su retirada inmediata", aseguraron fuentes del partido.
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El anuncio de la marcha atrás de la Liga se produce horas después de que saltase la polémica por la propuesta del senador Manfredi Potenti, que preveía multar con hasta 5 mil euros a quien usara "el género femenino para los neologismos aplicados a títulos institucionales del Estado, grados militares, títulos profesionales, honores y cargos identificados por actos con fuerza de ley".
Su objetivo era "preservar la integridad de la lengua italiana y, en particular, evitar la modificación indebida de los títulos públicos, como 'alcalde', 'prefecto', 'comisario', 'abogado'" para "preservar la administración pública frente a las deformaciones literales derivadas de la necesidad de afirmar la igualdad entre hombres y mujeres en los textos públicos".
"Italia no es un país para mujeres. La enésima maniobra de la Liga de querer multar con la suma de 5 mil euros a quien usa para mujeres en actos públicos el género femenino, raya en la locura", aseguró la senadora del Movimiento 5 Estrellas (M5S) Sabrina Licheri, secretaria de la Comisión Antidiscriminación.
En su opinión, "nunca se había llegado tan lejos, sobre todo implicando a las estructuras del Estado, el mismo Estado que en el artículo 3 de nuestra Constitución no hace distinción por género".
Para el progresista Partido Demócrata (PD), el mayor de la oposición, "la Liga obligó a Potenti a retirar el decreto gracias a las protestas de todas las oposiciones", pero la iniciativa "no puede ser subestimada" porque revela que "esta derecha cree en el modelo patriarcal de sociedad" y "es a partir del lenguaje que empieza el cambio", según su senadora Valeria Valente.
"Esta vez la propaganda salió mal, pero el carácter retrógrado y discriminatorio del papel de la mujer, tanto en el ámbito público como en el profesional, se mantiene. La igualdad de género debería estar en el centro de las políticas públicas", dijo, por su parte, la senadora de Alianza Verdes e Izquierda, Aurora Floridia.
La polémica sobre el uso del género femenino ya surgió cuando la actual primera ministra, la ultradrechista Giorgia Meloni, reveló al llegar al poder y convertirse en la primer mujer en lograrlo en Italia que quería que la llamasen "el presidente" en masculino, una elección correcta gramaticalmente vinculada a una preferencia ideológica.
"No hay prioridad gramatical. Desde el punto de vista lingüístico, puede decirse que el masculino está relacionado con la tradición (....), el femenino, que es absolutamente legítimo, lleva consigo una carga de modernidad más evidente, porque deriva de las reivindicaciones feministas realizadas desde los años 80", aseguró entonces Claudio Marazzini, presidente de la Academia Crusca, que se encarga de proteger la lengua italiana.