Por Cecilia Reynoso
A un mes de la inundación del 7 de septiembre en Tula, Hidalgo, miles de damnificados no han recibido apoyos del gobierno para rehacer sus vidas y reconstruir sus negocios.
Las despensas, la comida y hasta la maquinaria para remover lodo y escombros han llegado de particulares, no del gobierno, aseguran los afectados. Incluso, estas donaciones de ciudadanos no son suficientes.
Lo único que han realizado los tres niveles de gobierno es realizar un censo cada uno, por separado. El Ayuntamiento de Tula, por ejemplo, pidió a los damnificados acudir a la presidencia municipal y entregó un simple papel, sin sellos ni marcas que lo validen como documento oficial.
Mientras que los servidores de la nación enviados por la Secretaría del Bienestar reconocen que solo levantan el censo pero eso no es un compromiso para entregar un apoyo.
Con todos sus bienes perdidos y sin apoyo oficial, las familias y los comerciantes afectados ignoran cómo podrán volver a la normalidad.
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