Por Ana Lucía Hernández
En Tlahuelilpan, el desbordamiento del Río Salado el pasado 7 de septiembre arrasó con 250 hectáreas de cultivo de las 400 que hay en todo el municipio. Algunos campesinos acababan de sembrar; otros, estaban a nada de la cosecha. Perdieron toda su inversión y tendrán que esperar por lo menos tres meses para poder sembrar otra vez.
Los estragos que dejaron las inundaciones aún se resienten en Tula: la primaria Venustiano Carranza quedó sepultada en el lodo. Maestros, padres de familia, exalumnos, directivos y elementos de la Marina se encargaron de sacar toneladas de mobiliario completamente dañados.
Mientras que en la Jurisdicción Sanitaria y el Centro de Salud, se perdieron cientos de expedientes, camillas, mobiliario y computadoras. Trabajadores de la Secretaría de Salud local se han encargado de las labores de limpieza.
Latinus recorrió las instalaciones, esto fue lo que encontramos:
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