Por Isabella González
El gobierno de la Ciudad de México construye la Línea 3 del Cablebús sin atender todos los trámites que le exige la ley y sin informar cómo está edificando una serie de soportes poco convencionales en una zona donde abundan minas en el subsuelo.
En abril de este año, la Secretaría de Obras y Servicios de la capital comenzó las obras para la nueva línea del teleférico sin realizar el trámite de opinión positiva ante la alcaldía Miguel Hidalgo, un dictamen que es indispensable, que permite al Comité del Patrimonio Inmobiliario de la Ciudad de México determinar que la obra es propiedad de la capital.
Además de que el gobierno capitalino no le avisó a la alcaldía Miguel Hidalgo de las 11 torres de soporte que hay en la demarcación, tampoco le notificó que colocaría siete columnas en los límites del Panteón de Dolores, administrado por la Miguel Hidalgo.
Para no adentrarse en el panteón, la Secretaría de Obras y Servicios partió el dado de cimentación de la torres a la mitad, lo cual no es común ni atiende a cálculos estructurales ordinarios.
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