Por Jorge Cisneros M.

Los abusos y el abandono que sufrieron los migrantes detenidos en el centro de detención que se incendió hace un mes en Ciudad Juárez quedaron evidenciados en un video que recoge la grabación de las cámaras instaladas en ese centro.

Cuarenta personas de Venezuela, Colombia, Honduras, El Salvador y Guatemala murieron en el fuego.

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Dieciséis minutos de grabación muestran cómo estaban hacinados los migrantes. La manera en que los tenían maniatados, como si fueran delincuentes, aunque la legislación internacional prohíbe ese trato a las personas que tratan de llegar a otro país.

Las imágenes muestran con crudeza lo que sucedió desde la mañana hasta la noche del 27 de marzo. Retratan que en el sitio no había espacio ni suficientes colchonetas para descansar, tampoco agua y menos un plan en caso de emergencia.

Inicia con una toma de las 11:13 de la mañana: una decena de migrantes pasaron por un pasillo de acceso a la estancia. Más de una decena de personas desfila, todos con las manos sujetas a la espalda por candados de mano.

En una imagen de las 8:20 de la noche se ve a los migrantes cuando colocaban colchonetas en la reja. Un vigilante trató de quitarla, luego se percató de que ya habían comenzado el fuego y se alejó.

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Personas con uniformes del Instituto Nacional de Migración caminaron por la entrada pero ninguno se acercó a la puerta. Nadie hizo el intento de abrir la reja.

Al ver que el humo invadía el sitio, los vigilantes de la empresa privada de seguridad y los del instituto simplemente abandonaron a los detenidos.

A unos metros, en la estancia para mujeres, el humo provocado por el fuego comenzaba a llegar.

Ellas se cubrían nariz y boca para protegerse. Pasaron más de un minuto respirando el humo antes de que las sacaran del lugar.

El acceso a la estación migratoria fue el escenario de la última etapa de la tragedia.

Ahí se apreciaba a un elemento de la Guardia Nacional que observaba la entrada sin apenas movimiento. A las 8:33 un vigilante pasó corriendo.

Unos segundos después aumentó la actividad. Elementos de la Guardia llegaron a toda velocidad, alguien pasó con un extintor. 

En esos momentos frenéticos el grupo de mujeres salió del lugar en llamas mientras la cantidad de guardias nacionales aumentaba.

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Unos ingresaron a la unidad de los hombres, segundos después salieron al darse cuenta de que los hombres encerrados estaban abandonados. 

Cuarenta personas, jóvenes en su mayoría, pero también hombres de mediana edad, encontraron el infierno, a unos pasos de su destino.