Con la finalidad de que las empresas multinacionales no trasladen sus ganancias al extranjero para evadir el pago de impuestos, la secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen, informó este lunes que se encuentra elaborando un plan en conjunto con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) para evitar dicha práctica.
La titular del Tesoro señaló que se está diseñando un plan que incluye un impuesto mínimo global, con lo que se evitaría que las empresas busquen países con cargas impositivas bajas, ya que el pago mínimo de impuestos planeado frenaría la búsqueda de opciones fuera del país de origen.
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En las últimas semanas, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dio a conocer su plan de estímulos para acelerar la economía del país, en el que se incluye un aumento de los impuestos, situación que no agradó a las empresas debido a que se pasaría de una tasa actual de 21% a 28%.
Ante la inminente alza impositiva en Estados Unidos para poder financiar el objetivo de crecimiento, el plan de infraestructura y dado que es un escenario que ya se vivió en 2008 por la crisis subprime, el Departamento del Tesoro y la OCDE buscan anticiparse a los hechos.
La crisis global provocada por la pandemia de Covid-19 ha encendido los focos rojos por un crecimiento rápido pero dispar, es decir, las grandes economías lideradas por Estados Unidos y China dejarán atrás a países en desarrollo y emergentes, lo que provocaría la posibilidad de una guerra de tasas impositivas bajas para atraer a las corporaciones y un desequilibrio fiscal y financiero.
Lo anterior ya se registró en la crisis inmobiliaria de 2008, cuando las empresas buscaron salir a "paraísos fiscales", lo que provocó una lesión en las finanzas públicas de los países que dieron estímulos económicos.
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Janet Yellen enfatizó que “la competitividad es más que cómo las empresas con sede en Estados Unidos se comportan frente a otras en licitaciones globales de fusiones y adquisiciones, se trata de asegurarse de que los gobiernos tengan sistemas fiscales estables que generen ingresos suficientes para invertir en bienes públicos esenciales y responder a las crisis, y que todos los ciudadanos compartan de manera justa la carga de financiar al gobierno”.